La sexualidad en el Matrimonio

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La sexualidad en el matrimonio

Hoy en día existen muchas ideas que llevan a las personas a conductas erróneas y mitos, caminos fáciles donde se dice: si la mayoría lo dice o lo hace, “es lo que hay que hacer”. Y nos encontramos frente a realidades que distorsionan la verdad y que incluso se llega a confundir amor con sexo. Para poder entender la esencia del amor = caridad, leamos con calma el siguiente texto de la Biblia:

1 Cor 13: 1-8 Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta el amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios, -el saber más elevado-, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta el amor nada soy. Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo, pero para recibir alabanzas y sin tener el amor, de nada me sirve. El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. No se alegra de lo injusto, sino que se goza en la verdad. La caridad no acaba nunca.

Empezaremos por definir que amor no es un sentimiento, el amor encierra sentimientos como la alegría, esperanza, beneplácito, tampoco el amor son efectos como humildad, entrega, etc. Para poder comprender que es el amor, se debe desmitificar este falso concepto del amor pues es común escuchar frases como: “se me acabo el amor” o “ya no siento amor por tal persona” y con estas frases se reduce el amor o un simple sentimiento, emoción o algo que dura 1, 3 o 10 años y luego se acaba.

El ser humano es el único ser que ama, es nuestra naturaleza y está dentro de esta naturaleza el amar, por tanto el ser humano que no ama y que no recibe amor se muere, el amor es como el aire que respira, por tanto el amor es algo tan profundo e inherente a nosotros que es necesario entender que el amor sólo es Dios, procede de Él y Dios es amor, (I Juan 4,8 “Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor”). Para comprender esta afirmación debo comprender y haberme sentido amado por Dios, el verdadero amor sólo nos lo da Dios, nos ha demostrado este amor cada día y recordar que siendo pecadores dio su vida por nosotros.

No es posible quedarnos por tanto con conceptos superficiales del amor, como es cariño, sexo, etc, pues en nuestra sociedad se suele identificar el amor con estos conceptos o con el concepto de amor = cosas. Eso no es amor, para poder conocer el verdadero amor debo estar reconciliado con Dios, es necesario que Cristo sea el dueño de tus afectos, que Cristo sea el motor que te mueve a amar, es necesario evangelizar la afectividad, sanar incluso los complejos frente a la sexualidad, traumas, heridas o malas formaciones en la vida afectiva que  incluso que provienen de parte de los padres y que no permiten amar de verdad.

Todo lo que mencionamos no debe tomarse con un “moralismo” o como una prohibición sin sentido de la Iglesia. Ya que debemos basarnos en la verdad y en lo que es mejor para el ser humano. Entendamos por tanto que el ser afectivo de toda persona está compuesto por 3 manifestaciones del amor:

  • Amor “Agape” es el amor oblativo, de entrega, este impulso tiende a amar a la otra persona sin interés. Se caracteriza por ser un amor gratuito, que busca dar todo de sí aunque no necesariamente recibe de la misma manera.
  • Amor “Eros” es el amor de concupiscencia, impulso o atracción sexual que todo ser humano tiene. Esta atracción es algo normal y es bueno nos lo dio Dios, y debe ser canalizado dentro ciertos parámetros.
  • Amor “Filio” es el amor de amistad, un afecto personal, puro y desinteresado, ordinariamente recíproco, que nace y se fortalece con el trato. Este amor nace del afecto mutuo que proviene de la semejanza establecida entre dos almas; es fuerza que realiza la unión de los espíritus, sentimientos, afectos, voluntades e inteligencias

Por tanto el ser humano debe tener un equilibrio entre estas 3 manifestaciones del amor, para encontrar el amor verdadero de esta manera el amor no dura en tiempo, sino que el amor va creciendo va de un sentimiento a un amor madura de sacrificio de entrega de donación, de ejemplo. El problema es que nuestra sociedad ha reducido al amor a sentimientos, cosas, incluso se confunde amor con egoísmo o solamente se busca el amor “Eros”, se ha descontrolado el sentido del amor, por ello es normal para muchos confundir amor con sexo, es necesario definir que el acto sexual de la pareja es la consumación del amor, es el lenguaje más sublime que tiene el amor y para que pueda llegar a su plenitud debe darse sólo dentro del matrimonio, no es posible despojar el amor eros, de su complemento el ágape, no se puede reducir el acto sexual a una simple relación sin ningún compromiso, por ello no hablamos de un moralismo sino de una verdad, no se puede amar de verdad sin buscar el bien del otro, por ello frases como “choche y fuga” o “demuéstrame tu amor”, son frases que reducen el amor a una mínima expresión. El amor busca el bien del otro, desinteresado, por tanto no puede buscar su propio interés, placer, sino el querer lo mejor para el otro y si este amor implica sacrificio o una espera, este será un verdadero amor.

Por tanto el ejercicio de una sexualidad sana debe darse dentro del matrimonio, cuando alguien quiere y valora algo, lo cuida, lo preserva. De igual forma la vida matrimonial afectiva debe ser cuidada, el santuario del amor debe ser la habitación del esposo y la esposa y no puede ser invadida por otras personas, familiares, el lecho es un lugar sagrado. Menos deben darse pasiones o deseos desenfrenados, podemos hablar de películas, o medio que distorsionan la sexualidad. Deben existir signos de una madurez afectiva entre los mismos esposos, menos hablar de la infidelidad en la pareja, no debe ser ni siquiera pensada, incluso la infidelidad se da cuando se tienen pensamientos como recordar o desear a otras personas,

Tengamos la seguridad que si estamos reconciliados con Dios, nos sentimos amados por Él y entendemos y encontramos la armonía del amor, eros, ágape y filio. Estaremos amando de verdad y recibiremos lo mismo. Este amor no es un simple sentimiento va mas allá y hace que la persona se sienta plenamente realizado.